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Por: Carlos Fernando Villa Gómez
El comienzo de todos los años implica una actividad que para muchos parece ser renovadora, esperanzadora, con nuevos bríos y deseos de triunfo, por decir lo menos; y eso está bien, sobre todo por encontrarnos en el lugar que nos encontramos, necesitados como nunca antes de una actividad mercadológica como pocas veces habíamos tenido, y que en esta oportunidad se da con unas bases y elementos que permiten respirar entusiasmo para desarrollar las actividades de la mejor manera posible. Es un año de muchas oportunidades, tanto en lo local como en lo nacional e internacional, aunque para muchos sea de dificultades por ser electoral y de grandes cambios en el ámbito mundial por lo que se espera de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba, para mencionar solamente un caso.
Tendremos una situación que permite esperar una gran dinámica de los mercados, con una altísima dosis de influencia internacional, sobre todo por lo que mencionamos y la influencia que ha alcanzado China, lo que implica que las tareas para generar y sostener mercados por medio de la obtención de adecuados de niveles de lealtad de los clientes será cada vez más necesaria. Las acciones emprendidas por las multinacionales para penetrar nuestro mercado, y el reconocimiento de las altas directivas de que el mercadeo se necesita, como nunca antes, hacen para pensar que la gente de mercadeo tendrá que saber moverse para alcanzar las metas de las organizaciones, y que la cultura generadora y mantenedora de mercados en ambientes de alta competencia se convertirán poco a poco en orientadoras de todas las acciones.
Además, con el interés y el afán de algunas directivas, juntas y accionistas de incrementar la participación en los mercados, dadas las oportunidades, y la creciente oferta extranjera, las cosas se presentan para decir que este año que apenas comienza, puede ser el año del mercadeo en nuestro país, pues más que nunca, se necesita una alta dosis de fidelización de los clientes, y una muy fuerte atracción de mercados nacientes y/o nuevos.
Desde el exterior, como lo hemos comentado con algunos expertos de nuestra actividad, la situación se mira y considera como una de grandes posibilidades y alternativas, pero exige un verdadero y adecuado trabajo mercadológico, en el cual la participación de todos en las organizaciones, y el mercadeo compartido, o co-mercadeo, serán un requisito para no tener que lamentar al final del año lo que pudo haber sido y no fue.
Se necesita un verdadero trabajo en comunidad, entendiendo que la competencia la ganará el que mejor haga las cosas en lo que respecta a formar y mantener clientes, y muy importante, que el mercadeo no busca vender a como de lugar, como muchos piensan, sino, como decían Drucker y Levitt, “formar mercados”, y como aquél dijo, hacer que el “mercado compre”, en lugar de que le vendan, o, como muchos otros dicen, que los productos y servicios se vendan solos, y las acciones que se buscan se den, sin necesidad de estar ofreciendo recompensas ni planes enredados para que el mercado actúe.
Es pues el año que comenzamos uno de los más interesantes, sino el más, de los últimos tiempos para el mercadeo colombiano. La cátedra tendrá una gran responsabilidad, compartida con quienes en esta actividad estamos, y para ello hay que contar con la voluntad y el apoyo de las directivas.
Al final de este nuevo año, como siempre ocurre, ¡veremos qué paso!, Deseando una vez más para todos, que sea espectacular, en todos los campos y sentidos.